Presentación

Los textos reunidos en este número conforman una constelación a la que atribuimos un especial significado que nos complace destacar: la autoría de todos los artículos corresponde a jóvenes investigadoras. De este modo, el ascendente protagonismo de las mujeres en todos los campos de la actividad cultural, incluido el ámbito de los estudios musicales, se manifiesta ahora elocuentemente en laspáginas de nuestra revista.

Mas, aclaramos, no fue la condición femenina el criterio editorial que obró en la selección de los textos que constituyen el corpus del presente volumen. Fue sobre todo la ocasión de acoger los resultados de sendos proyectos de investigación o tesis de grado realizados por estas autoras en el campo de la musicología y la historia. En ellos lo que nos pareció más relevante fue el modo de problematizar sus respectivos temas y casos de estudio, o bien, el modo de resolver el desafío de incorporar experiencias sociales de la música, no abordadas o poco consideradas a la fecha a sus respectivas tradiciones disciplinarias.

Una convergencia es notable en el conjunto de estos trabajos: todos comparten una decidida apertura a tematizar críticamente, desde el lugar y la experienciade la música, fenómenos que tuvieron o tienen un sensible impacto en la vida social y cultural del país y que por lo mismo han sido y son difíciles de introduciren los espacios académicos y sus inercias. Ese es el potencial de esta constelación: remover resistencias para promover la reflexión, poniendo foco en aquello donde se evidencia que lo musical es una experiencia social profunda, formadora y reformadora de la persona y la comunidad. En este sentido, eso deseamos al menos, se abre cauce al debate sobre la situación de los estudios musicales en nuestro entorno, situación a la que en estas mismas páginas, hace ya once años, se le diagnosticaba "la ausencia persistente de una teoría crítica adecuada a la comprensión de los fenómenos musicales tal como éstos acontecen en la inmediatez territorial de nuestra cultura"1.

Los primeros cuatro artículos tratan sobre las mediaciones y representaciones de las músicas llamadas folclóricas, sus prácticas y repertorios, con la sociedad chilena en el último medio siglo, con especial énfasis en el período vivido bajo la dictadura militar. Incursión a varias voces en un tema aún pendiente en la sociedad chilena: pensar desde la música el reciente pasado dictatorial y su legado. Desde el eje de la canción popular urbana, manifestación cultural típicamente moderna e importante vector de homogeneización cultural, la doctora Tânia da Costa Garcia aborda las conexiones entre música folclórica, canción popular, formación y consolidación de un mercado consumidor y los usos políticos de la música popular chilena por parte de diferentes sectores sociales en las décadas de 1940 y 1960, período en el que las artes estuvieron relacionadas con las luchas de las representaciones en torno de la identidad nacional en diferentes países de América Latina.

Karen Donoso, por su parte, nos introduce a una lectura política de los usos de la música folclórica que, en su interpretación, está fundamentalmente presionada por dos grandes tendencias que lo conciben como patrimonio nacional o como formas expresivas de la cultura popular. En el periodo 1973-1990 estas tendencias se confrontan en lo que denomina "la batalla del folclore"; por una parte, la mirada oficial de cuño "nacionalista", producto de las políticas culturales del régimen militar y, por otra, las actividades alternativas de quienes estudian y difunden el folclore concebido como "arte-vida" popular, según planteamientos deFidel Sepúlveda y otros.

Desde el eje articulador de la cueca o, más bien, de las cuecas que circulan en el medio capitalino de Santiago, Araucaria Rojas indaga en los pliegues y replieguesde las representaciones estético-políticas de una cierta ‘chilenidad' promovida por la dictadura militar entre 1979 y 1989. Da cuenta del proceso de construcción de un prototipo oficial de la cueca y, a contraluz, expone la práctica y sentido de otras manifestaciones alternativas del género, que sobrepasaron el marco del rígido canon homogeneizador: cueca sola, cuecas de barrios populares (las llamadascuecas bravas) y cuecas militantes de la resistencia.

Laura Jordán condensa en su texto un acucioso estudio sobre la compleja relación entre música y clandestinidad durante la dictadura militar. Se interna en el ambivalente y denso ambiente producido por los mecanismos de represión y censura, y por la oposición al régimen que generó eficaces modalidades alternativas de resistencia cultural. La tensión entre el aparato estatal y la oposición se analiza poniendo foco en las acciones de prohibición y persecución de músicos, repertorios y eventos, haciendo evidente la clandestinidad del ejercicio represivo. También destaca la producción de grabaciones clandestinas, relevando el rol decisivo de la casete como masiva forma alternativa de circulación musical de la resistencia al régimen.

Daniela Banderas da cuenta en su texto de una investigación que explora el complejo fenómeno de la violencia sexual, al contraluz de la experiencia de cinco jóvenes mujeres de una población popular de Santiago, con las que trabajó directamente entre los años 2004 y 2006. En su análisis pone foco en el papel de la música en el proceso de reparación de sus vidas y de sí mismas tras haber sufrido agresiones de naturaleza sexual. Es una exploración delicada y comprometida que finalmente nos muestra cómo en cada caso el vínculo íntimo con la música es un factor activo e incluso decisivo en los personales y difíciles procesos en que el trauma vivido se integra a la experiencia vital, pasando a constituir parte de su existencia y personalidad.  

Notas

1Gabriel Castillo Fadic, "Epistemología y construcción identitaria en el relato musicológico americano", Revista Musical Chilena, LII/190 (enero-junio, 1998) p. 15.